Siempre me han gustado los idiomas, aunque mi educación básica en ese sentido siempre ha sido bastante deficiente; en mis tiempos, se empezaba a dar ingles en las escuelas, tal y como se dice por aquí, tarde, mal y a rastro. Todo el (poco) ingles que se, es gracias a un débil base educativa y a poner interés de mi parte.
El caso es que últimamente he podido disfrutar de los idiomas desde la perspectiva de un traductor, lo cual me ha hecho apreciar todavía más los idiomas: saber transmitir lo que dice un idioma es algo muy complicado, bonito y en lo que, irónicamente, saber los idiomas en cuestión es tan importante como saber expresarte, conocer las culturas, saber coger indirectas, dobles sentidos, etc etc.
¿Por que cuento todas estas batallitas? Pues porque en España somos idiotas, y nos gusta usar los idiomas para separar en vez de unir. No puedo dejar de hacer referencia a la entrada Un idioma no es un muro, es una puerta, que tiene, desde luego, bastante sentido común. En el que, por cierto, da gusto leer los comentarios: calma, educación, respeto… (y no porque yo haya comentado, claro)
Los idiomas, ante todo, están para comunicarnos. Si yo se castellano y alemán y tu ingles y castellano, lo mejor que podemos hacer es hablar castellano. ¿Por que el castellano es mejor, nos lo han impuesto o alguna tontería de esas? No, porque es el idioma común entre los dos y, por lo tanto, el que más y mejor impacto va a tener…
Y justamente ahora, se ha abierto una polémica por las declaraciones de Rosa Diez en la que usa gallego en su acepción de tonto, solo aplicable, según el DRAE, a Costa Rica. Que a polémica sea que esta señora haya usado esa acepción es totalmente lógica: esa acepción no es aplicable a España, y menos por un personaje público, porque lo único que consigues es dispararte en un pie. Con lo rico y florido que es el castellano, usar (en España) gallego para llamar tonto a alguien (estando disponibles palabras tan maravillosas como tonto, imbécil, bobo, estúpido, idiota, majadero, memo, mentecato, necio, corto, tardo, torpe, retrasado, tarado, subnormal, demente, desequilibrado, ingenuo, infeliz, inocente, tontaina, etc) es, cuando menos, de tontos (ya lo dijo Morfeo: “El destino, al parecer, no está carente de cierta ironía.”)
Ahora, que la gente clame que se quite del diccionario esa acepción (aunque me consta que la petición no es reciente ni mucho menos) es, permitanme la redundancia, una tontería. Los diccionarios no están para satisfacer a nadie, están para recoger usos y costumbres. Y si gallego se usa en Costa Rica con esa acepción, debe estar en el diccionario. Es de sentido común. Claro que, el sentido común parece ser el menos común de los sentidos, está claro…
En fin, una pena que la gente ande peleando por los idiomas, la verdad. Lo mejor es conocer todos los que puedas, por supuesto, pero nunca hagas de ellos un arma (porque para eso ya están los políticos ) y disfruta usándolos para lo que los humanos hemos desarrollado está característica tan increíble: comunicarse.